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Las batallas de no los corpóreos 08/09/2007:17:58

Bien amados creyentes: Vuestra Suma sacerdotisa ha vuelto de Grecia. Por poco no me chamusco, aunque menos mal, me dio tiempo a casarme con mi Príncipe Azul, y a divorciarme también porque la Reina Madre era un poquito pesada. Hay suegras que matan. Cada día me parezco más a Drew Barrymore y me han atosigado pidiéndome fotos. "Eh, Angel de Channnnli, danos un autógrafo", me decían. No se puede ser hermosa. Y hablando de ángeles, hoy os voy a dejar unos cuantos dogmas de fe recién sacados del horno: No existen las personas buenas ni las personas malas. Las letanías no son detergente, las almas no se limpian. Las almas se ennoblecen o se degradan. Ninguna receta mágica te salva. Nunca vendáis vuestra alma al diablo. Ello os dará libertad para pactar de vez en cuando con él, de tú a tú, sin obligaciones de esclavitud. Sed siempre neutrales, no os decantéis a no ser caso de extrema necesidad por el bando de los ángeles ni por el de los caídos. Si decís que sois buenas personas, irán a probar si es cierto y no pararán hasta convertiros en una mala persona. Si sois malos no pararán de tentaros las buenas personas para reconduciros por el buen camino. Si preferís seguir por esa senda, no volveréis a tener la misma ayuda pasados los años, así los llaméis cien veces. Ambos bandos siempre andan la busca de futuros reclutas. Es importante saber en qué lado estaríais en caso de guerra. El verdadero Mal jamás da la cara. Si el Mal se os presenta, es un Mal que os puede beneficiar. Temed el Mal que se disfraza de Bien. Ahí sólo cabe protegerse. No cabe la lucha abierta. La táctica utilizada es la traición. El Bien es reconocible en las derrotas, aún perdiendo, sale ganando. El Bien se sacrifica sin condiciones. Si alguien os impone condiciones no presta ayuda sincera. El equilibro se encuentra amando lo bueno y lo malo. Si rechazáis lo malvado en vosotros, el Bien os acabará cegando y desaparecerá para siempre. El Bien no está siempre ahí. No contéis con lo seguro. Ni siquiera el bien da la seguridad absoluta, siempre quedan las dudas. La Sacerdotisa ha hablado. Los pistachos son sabios. El sediento no necesita gas. El sediento quiere líquido.

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